sábado, 31 de octubre de 2009

La muerte de un musulmán negro que soñaba con crear un emirato islámico en Estados Unidos


DETROIT -- Una mezquita de Detroit rechazó el viernes como "totalmente absurdas" las aserciones del FBI, acerca de que el líder de la congregación, que murió el miércoles en un enfrentamiento con agentes, integraba un grupo radical islamista.

Luqman Ameen Abdulá, el imán o guía de plegarias de la mezquita Al Haqq, era un "miembro reconocido y respetado de numerosas organizaciones de corriente mayoritaria y cuerpos de conducción musulmanes", informó la mezquita.

Abdulá, de 53 años, murió a causa de disparos el miércoles, cuando agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) lo intentaron arrestar por varios cargos, entre ellos conspiración para vender artículos robados. El FBI asegura que se resistió al arresto y disparó con un arma desde dentro de un depósito.

Una acusación criminal presentada por funcionarios del gobierno dijo que Abdulá era el líder de un grupo radical suní que quiere crear un estado islámico dentro de Estados Unidos. El FBI aseguró que el imán sostenía posiciones extremas en contra del gobierno y que animaba a sus seguidores a cometer actos de violencia.

No se presentaron cargos por terrorismo contra ninguna de las 11 personas que figuran como acusados en el documento, entre ellas Abdulá.

"Las afirmaciones difamatorias de que era un líder nacional de una secta radical islamista son totalmente absurdas ... Estas acusaciones van en contra de lo que apoyamos como comunidad", dijo la mezquita.

Mikail Stewart Sandiq, un guía de plegarias asistente, leyó la declaración tras las oraciones del viernes fuera de la mezquita y delante de muchos integrantes de la congregación. Sandiq no respondió preguntas.

El hijo de Abdulá, Omar Regan, de 34 años, dijo que ayudó a preparar el cuerpo para el funeral, que será el sábado. Añadió que su padre recibió varios disparos y dijo que su muerte fue un acto de "barbarie".

"Lo que está hecho está hecho", dijo Regan, parado enfrente de la mezquita. "El sabía que era víctima de una injusticia. Si Dios te llama a casa, no puedes más que responder".

En cuanto a las acusaciones del gobierno, Regan dijo que las autoridades "pueden sostener una hoja de papel, pero que me demuestren que tienen evidencias. ¿Dónde están?"

La vocera del FBI Sandra Berchtold evitó hacer declaraciones sobre cuántos disparos recibió Abdulá y refirió cualquier pregunta a la policía de Dearborn, el suburbio de Detroit donde ocurrió el tiroteo.

Extraido de: elnuevoherald.com

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