martes, 25 de diciembre de 2012

¿Y Dónde, está mi regalo de navidad?‏


Por Alejandro Santana

Para muchos colegas, periodistas y comunicadores, el presente navideño que dejan llegar algunos políticos amigos es de vital importancia y  hay quienes lo miran desde la importancia que entienden  tener en el ejercicio.

Al extremo de que hay quienes nos peleamos con, amigos, políticos que por alguna razón nos ha lanzado en el zafacón del olvido,(no nos envió el regalito acostumbrado),cuando eso ocurre les llamamos mal agradecidos y alegamos, “tanto que luche por ellos”.

“Por ellos”, dejando  al descubierto que no le fuimos fieles a ninguno,(claro, si luchamos por todos, no fuimos fieles )esto último lo dejó al descubierto un colega comunicador que se expresó en esos términos,(tanto que luche por ellos y tan mal agradecidos, no me enviaron nada).

Para muchos el presente navideño, es una obligación en estos últimos años y el político o funcionario que no nos toma en cuenta, es un mal agradecido, “valla, los tiempos”.

Debo decir que en mis tiempos de corresponsalía por diferentes medios, no recibía ningún tipo de regalo; no era la costumbre de entonces, nos conformábamos con sus saludos, en ocasiones sinceros, otras  por un simple cumplido.

Total, eran otros tiempos y los políticos eran otros, nos correspondían en las malas situaciones, sin que les solicitáramos nada, se enteraban y acudían, nos resolvían algunas  dificultades.

No estábamos acostumbrados a los pomposos regalos, nos sentíamos felices con su amistad, que entendíamos eran sinceras, y nosotros éramos sinceros, vivíamos la época romántica de la vida, en que pocas cosas nos hacían falta.

Insisto eran otros tiempos, y el germen revolucionario vivía en muchos de nosotros, teníamos nuestra militancia política, pero alejada del poder,(identificados con el pueblo, al que servíamos), y nos sentíamos dichosos y felices.

No habían esos resentimientos entre compañeros, por el hecho de haber sido el organizador de alguna actividad y no se me invitara, simplemente lo entendíamos,(no me invitaron, no les interesaba que estuviera ahí), así de simple.

Hoy hay otra realidad, creemos que debemos recibir regalos de forma obligatoria, que se nos debe invitar a todas las actividades y no es así, la importancia no, nos la da nadie, la adquirimos  en relación al trabajo que hagamos.

Todo eso lo saco a colación porque  hay quienes me han preguntado,” que te mandó fulano”, yo entiendo que nadie tiene la obligación; por mi parte vivo conforme y feliz, me llena de satisfacción, una buena amistad y que cuando esté en una situación precaria, me brinden solidaridad.

Solidaridad que he recibido de políticos amigos, de periodistas y comunicadores que se han enterado de alguna de mis dificultades y han acudido en mi auxilio.

Si alguno no me ha enviado un regalo navideño, no me ha lastimado, tenía sus compromisos y yo no estaba dentro de esos compromisos, y me siento feliz, porque el que no me ha tomado en cuenta, ha tomado en cuenta a algunos de mis colegas, periodistas y comunicadores.

Desde los años 70 en que me inicie en el ejercicio, he recibido la solidaridad de muchos políticos, de uno más que otros, pero todos han sido solidarios con migo, me han hecho grandes favores, frecuentemente para bien de un amigo necesitado, y eso lo agradezco profundamente.

Soy de los que no anda rabiando por un olvido de época , me conformo con que me dediquen unos minutos de su tiempo para leerme, cuando escribo, o escucharme cuando tengo que decir algo a través de las ondas hercianas  de algún medio.

Mi mayor satisfacción es cuando alguien me dice, “siempre te leo en Ecos del Sur”, claro  eso no me hace sentir importante, por el contrario me obliga a seguir escribiendo y seguir capacitándome para  seguir siendo favorecido con esa lectura.

Me llega a la mente un pasaje de la biblia, que dice que estando Cristo en el templo, todos hacían ofrenda, muchos pudientes exhibían lo que daban, mas se acercó una pobre mujer y sacando de sus braceares, una bolsita, sacó una monedita y la ofrendó.

Para algunos discípulos, pudo haber sido una ofensa, la pequeñez de la ofrenda, pero para el Señor fue lo más preciado, “donó todo lo que tenia, no lo que le sobraba”.

Qué relación tiene con  el título de este articulo, que para mi tiene más importancia que me lean a que me envíen un regalo pomposo, quienes me leen, son mis amigos, mis seguidores, les interesa lo que hago lo valoran dedicando unos minutos de su tiempo, para saber qué situación enfoco en ese momento.

Con todo el corazón debo decir que no me importa la ausencia de su regalo, pero también decirle que no les perdonaré que me vean en dificultades y  no me socarran, en las malas se conoce al amigo, no en tiempo de bonanzas.

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